En 2020, la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), daba la voz de alarma ante los más de 78.000 casos de cáncer de piel registrados en España.
En los últimos años se ha puesto de manifiesto la necesidad de usar protección solar para contrarrestar el efecto de los rayos ultravioleta en nuestra piel.
La demanda ha hecho que se diversifiquen los productos que ofrece el mercado, dando lugar a una multitud de lociones que se adaptan a cada tipo de piel. Esto nos lleva a preguntarnos, ¿qué protección es la más adecuada para mí?
En este artículo te contaremos todo lo que necesitas saber sobre SPF, tipos de cremas y cuidados para que tu piel esté siempre protegida.
¿Qué es el factor de protección solar o SPF?
El SPF (Sun Protection Factor) indica la fracción de rayos ultravioleta que recibe la piel al aplicar el protector. Por ejemplo, al usar una crema con índice de protección solar 50, solamente un 1⁄50 de los rayos ultravioletas llegará a la piel, asumiendo que el protector solar esté distribuido por nuestra piel de forma uniforme.
A la hora de elegir el SPF de un producto, tenemos que tener en cuenta criterios como nuestro tipo de piel y su fototipo, el tiempo de exposición al sol o la época del año.
Pero, independientemente del color de nuestra piel, desde Farmacéuticos Formuladores recomendamos protecciones SPF altas para exponer a nuestra piel al mínimo daño causado por los rayos ultravioleta y evitando así riesgo de enfermedades, como el cáncer de piel.
¿Son todos los protectores solares iguales?
¡Claro que no! Las dos características principales de los protectores solares es que absorben o reflejan parte de la radiación ultravioleta proveniente del sol.
Podemos clasificar los protectores solares en dos grandes grupos: De composición física o mineral y de composición química.
Las cremas solares de composición química, absorben la radiación solar convirtiéndola en calor. En cambio, la protección solar de tipo físico crea una capa protectora en tu piel que refleja y dispersa los rayos UVA, impidiendo que penetren en tu piel y previniendo las quemaduras solares. Usados de forma correcta, ambos son igualmente efectivos.
Usos de la protección física o mineral
Por lo general se recomienda el uso de protectores solares físicos especialmente en niños.
También se recomienda para aquellas personas con piel sensible, ya que forman una película protectora en nuestra piel y no se absorben como los químicos.
Al ser hipoalergénicos y no desencadenar reacciones cutáneas, recomendamos su uso cuando nos sometamos a tratamientos de depilación láser, exfoliantes o sobre las cicatrices. Por este mismo motivo son los más indicados para personas con dermatitis, manchas y problemas de piel.
Usos de la protección química
Los protectores solares de base química están recomendados para todas las edades. Suelen ser también más ligeros que los físicos, son resistentes al agua y se aplican de manera más cómoda.
Se recomiendan para pieles grasas ya que se absorben fácilmente.
En general, los protectores físicos o minerales dejan una película blanquecina en nuestra piel, por lo que los protectores solares químicos son los más utilizados por los consumidores al ser más fáciles de aplicar y también más económicos.
¿Las cremas caducan?
¡Pues claro que caducan!
Todos hemos guardado un bote de crema de un verano para otro porque “todavía está medio lleno”, pero lo cierto es que la mayoría de las cremas tienen un máximo de efectividad de dos a tres años tras su fabricación.
Sin embargo, hay muchas razones por las que este tiempo puede verse considerablemente reducido. Entre los factores que pueden afectar el ciclo de vida de nuestra protección solar, podemos encontrar:
- Exposición al calor. Bien por contacto directo con el sol al dejarla en la playa o la piscina o por contacto indirecto al dejarla el coche.
- Oxidación de compuestos químicos como la oxibenzona y la avobenzona.
- Degradación y separación de ingredientes. Los protectores solares minerales contienen zink o titanio, que se degradan con el tiempo haciendo que la loción se vuelva granulosa o acuosa.
- Acumulación de bacterias. Al abrir y cerrar el producto con frecuencia, se acumulan bacterias que degradan los componentes, disminuyendo la efectividad protectora y pudiendo causar problemas en la piel.
Por todo esto, no deberíamos usar el mismo protector solar durante más de un año y medio.
Desde Farmacéuticos Formuladores, ofrecemos una amplia gama de protectores solares para mantener tu piel y sus zonas sensibles, jóvenes, sanas y protegidas de los daños del sol.